Promover el desarrollo integral del niño desde una perspectiva cristiana, fomentando relaciones enriquecedoras, la educación en valores y la formación en comunidad.
Busca un proceso educativo personalizado, respetando la diversidad cultural, individualidad y promoviendo actitudes democráticas, autonomía y pertenencia.
Además, se enfoca en crear un clima de confianza que favorezca la seguridad y la creatividad.